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29 de Enero de 1993. Argentina, Salta La linda

Querida señora:
Se preguntara por que despues de tanto tiempo ausente me atrevo a escribirle. Pues por aquellos dìas, su marido que en paz lo aguarde la misericordia de nuestro señor,amèn, todavia vivìa, y si me permite el desacato a su memoria, en este pueblo nunca se tuvieron muy buenas notocias del coronel, fueron años muy duros, la siembra habia bajado por las lluvias, los artesanos no tenian a quien venderle los jarrones, y las bailarinas como yo no teniamos trabajo por que las casas
de bailes tradicionales para extranjeros habian cerrado sus puertas
a causa del temporal. Todo estaba quieto, mi padre Alfredo se encontraba muy deprimido y en mi casa no se vivian buenos tiempos tampoco, en otras crisis de años anteriores supimos mantenernos unidos nosotros dos haciendo un poco aqui y allà pero siempre intentando , esta vez era distinto, èl habia dejado de hablarme como lo hacia antes, ya no comiamos juntos ni compartiamos las noticias antes de la siesta, sus ojos siempre parecian estar entrecerrados, me permito decir que hasta lo perseguia un halo de muerte.Hasta el tiempo y las horas tenian ese halo, fue la mañana de mediados de Otoño de ese año que decidi intentar hacer algo, junte mis pocas preciadas pertenencias en el bolso que usted tiempo despues quemo, ordene la casa, perfume la sala con aroma de suavestar del norte como lo hacia mi tìa hermana de mi padre que tambien en paz descanse. como vera casi toda mi familia se encuentra debajo de la tierra o en la guerra del paraguay que es lo mismo y hasta peor por que nunca se sabe si van a volver sin una pierna o con el corazòn partido de tanta punta y flecha. Despacio sin llamar la atenciòn fui por la calle principal hasta la ùnica parada de colectivos que hay en los alrededores detràs de la montaña.El colectivo suele pasar a la tardecita por que viene de pueblos muy lejos y el recorrido le lleva mucho tiempo, me sentè en un tronquito que estaba en el pie de la montaña y espere, el sol se estaba llendo y comenzaba a hacer un poco de frio, que hermoso parecia todo ahora que lo dejaba, no podia pensar muchas cosas, estaba dejando a mi padre por conseguirme una salvaciòn, abandonaba mi casa, mi planta de limones, me iba asi nomàs por irme, màs sola que mirta soledad la anciana de enfrente de mi casa que perdio hasta los dientes despues de ver nacer y morir a su quinto hijo.